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miércoles, 24 de noviembre de 2010

III Noche TANGRAM


Cartel de Vicente Drü



Somos TANGRAM
porque creemos en la individualidad del colectivo:
Piezas valiosas al servicio del grupo.

Encañonar el universo, minúsculo e inmenso.
Como un arma recortada son los versos.

viernes, 19 de noviembre de 2010

CIANURO DE POTASIO



Lisergia,
hay un saltimbanqui sin ojos
y una chimenea que quiere comerme...
Encontré y reconocí tu olor
sobre el escote de una anciana
y me puse a lamerla;
parecíamos hermanos entregados
a la mentira de la sombra,
parecían guardianes de la cárcel del comercio,
no parecía que fueran a descubrirnos...
y me tomaste con fuerza de la mano
-vayámonos a casa- gritaste como un viento.
(Recogí mis ropas del suelo
y me despedí de mi amante.)
Lisergia,
encontré y reconocí tu silueta
entre la acera y la esquina,
entrelazado en los riachuelos de orina
que bordaban los adoquines,
y refregué mi sexo
(incauto)
una y otra
y otra
y otra vez hasta correrme...
apareciste de la nada
-vayámonos a casa- gritaste como un viento.
Recogí mi vergüenza del suelo
y me despedí de mi amante;
habíamos perdido
toda
toda la maldita tarde
intentando encontrarnos.


_____________________________________________________Vicente Drü

jueves, 18 de noviembre de 2010

Mujer-guitarra o el equívoco del sirimiri y un "mi amor"


Resulta que las mujeres casadas, últimamente, están muy susceptibles, y si les envías un poema en el que se dice “ mi amor” y se les invita a “ aperturas” terminando con una declaración de principios sobre la aversión al protagonismo, se dan por aludidas cuando es evidente que el autor pensaba en otra persona aunque se lo mandase a ella.
A partir de esta inocente anécdota charlamos sobre si es bueno dar claves previas o posteriores de un poema. Como padre putativo de las claves, soy un enfervorizado defensor. El que se den antes o después es más discutible. La ventaja de darlas después es que liberan la imaginación del lector/oyente, aunque luego pueda llevarse un  chasco cuando conoce la clave que realmente motivó el poema.

Resulta que los poetas también han tenido una vida antes de limitarse a un solo “muso”, y, por eso, te puedes coser una vagina por amor o perder los dientes de tanto repetir el nombre del amado. A los llamados poetas de la experiencia nos cuesta aceptar que un poema pueda no estar basado en hechos reales, cuando se trata de un fenómeno muy habitual, pues precisamente la poesía se convierte en una vivencia más.
¡Qué manía tenemos los lectores de poner la cara y ojos  del autor en sus personajes! Es algo parecido a la demonización de actores especializados en hacer papeles de “malos” cuando su única culpa es bordar ese tipo de papeles.

Resulta que existe el agnosticismo sexual y que si no es sinónimo de castidad se le parece mucho. Me preguntaba si un joven guapo en sus  veintiséis años tiene derecho a privar a las jóvenes cervatillas de un apasionado viaje por el bosque de la sensualidad. Y claro que tiene derecho, pero es una pena apuntarse voluntariamente a ello cuando muchos años más tarde se entrará en un ateísmo sexual irreversible.

Resulta que hay poetas que escriben o leen poemas más  cortos porque les da por ahí. Y entonces la pedimos que repita para que la cortedad sea doblemente corta. Aunque me da que esa poeta tiene ahora  su cabeza en una performance de poesía erótica femenina en el Teatro Alcalá el martes 30, donde contará con el apoyo de TANGRAM por  el módico precio de tres maravedíes.

Resulta que una carta se puede terminar con una sentencia de que hay dos cosas a tener en consideración en la vida, y la segunda es la eternidad. Que toda destinataria  de carta  tiene derecho a su momento de protagonismo que aspira a ir más allá de la simple apertura.

Resulta que quien habla por boca de asno no rebuzna, sino  que crea un halo poético hasta que, repentinamente, sorprende con una de sus potentísimas imágenes que la han hecho famosa en el mundo entero. Y el burro se lo recrimina, porque  quiere un baño de imágenes, y ella no entra al trapo porque sabe que las bañeras están en vías de extinción y ahora se estila más el sirimiri de la ducha que también empapa, aunque sea por acumulación y no por inmersión.

Y resulta que hasta los poetas divinísimos hacen cancioncillas de serie B de putas porteñas a las que termina tocando la lotería, que es el tocamiento más rentable.

Finalmente, llegó Sivio Rodríguez que nos cantó habiendo poseído a una joven mujer instrumental. Guitarra de mujer, mujer guitarra.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Támesis



La humedad del agua de este río,
le recuerda a mis huesos que existo,



¡Yo!    ¿Soy real?



Lo ondulado de la marea
me descubre en un sueño, soy la ilusión,
el sopor de aquel que piensa



 ¡Y es que acaso Él!         ¿Es real?


Ese brillante sobre el agua me advierte,
que en los ruegos de una mujer que clama al cielo,
estoy yo


¡Y ella!          ¿Ella es real?



Y si el río esta aquí
hay ondas y humedad,
pero nada es real
¿quien escribe?



...El río.

___________________________________Elisa Peña

jueves, 4 de noviembre de 2010

Cual rana en hoja de nenúfar


Se abre la sesión y, sobre la mesa, hojas del otoño son devoradas por los integrantes de Tangram. Están dulces las hojas, como los gajos de las manzanas cuando se desecan y se azucaran. Así comienza el grupo a debatirse y a debatir.

Y, como en un cuento, alguien se acerca y se posa a nuestro lado cual rana en hoja de nenúfar.

Nuestra rana bebe Cardhu, la más fina malta destilada. Es discreta, quizás sólo busca un beso para ser príncipe por un día. Por eso le invitamos a participar en nuestra tertulia tangrámica. Pero no. Nuestra rana no habla de poesía. Tan solo escucha.

Y escucha cómo "todos los hijos son hijos de todos" cuando la muerte ronda sobre ellos y nos los arrebata. Ommje hila con hilos de silencio y el grupo se contrae ante la humanidad de su frase. Es un comienzo rotundo para el Tangram de hoy que se rompe en luz, como ha de ser. Porque una estrella dual, Albireo, entra en juego y nos abona de amarillos y azules la conversación. Las estrellas binarias son dos estrellas mutuamente atraídas, amantes infinitas sobre sí mismas con las que conversa la poeta de Tangram. Las luces de Albireo acaban dando luz sobre la macedonia de frutas, flan y fresa que el Poeta Pijo nos trae desde una torre, la del catalán. Él encuentra la inspiración donde muchos ni se ven los pies, es su genialidad y lo exquisito de su escritura 'sin palabras poéticas'. Por si acaso alguien tuviera alguna duda, lo deja claro en una segunda lectura, dedicada a una niña traviesa.

A propósito de niñas, Tangram se enreda en el tema de la pederastia porque la poesía es así, y la literatura es más que un cuento de ranas y princesas. Por cierto, nuestra rana... se ha marchado. Tremendamente educada, se disculpa por la intromisión.  Y entonces, llegan las notas de lo interior, poemas del 'adentro' o del amor, o del sexo.  Parecen temas manidos, pero no... siempre hay algo nuevo en los giros de 360º.

Somos así, por sacar punta, se la sacamos hasta a los imanes que llegan reiterados con la intención de la ansiedad, de la súplica. ¿Seremos un grupo circular? Todos distintos, todos cerrando el círculo... las cuadraturas se las dejamos a otros... nos conformamos con cerrar la idea. Porque algo de magia hay en este Tangram del 2 de noviembre, puede que algún ánima nos ronde o que nos ronde el ánima de don Juan, que probablemente vive en el Teatro Español, frente a nuestro improvisado lugar de reunión. La potencia del imán, del deseo del don Juan nos devuelve a la extraña imantación de Albireo y sus dos cuerpos celestes condenados.

Esas hojas secas que hemos engullido con glotonería son una pócima de casualidades. Una princesa de larga cabellera rubia, que trabaja donde Tangram está haciendo círculos, de nombre Beatriz, nos asegura que escribe poesía... pero su verso de cristal no lo perderá hasta la una... y la rana... la rana, ahora, es un príncipe encantador que nos quiere invitar a Cardhu.

Estamos en noviembre, uniendo las piezas de un otoño.