Reunido Tangram, la poesía se hace espacio entre las cañas y las copas de vino. En la primera sesión que os trasladamos, el grupo optó por descartar la discrección y se creó un auditorio predispuesto a la escucha desde el primer momento en que los versos elevaron su voz.
Un miembro del grupo escribe triste, o escribe sobre lo triste, o escribe desde la tristeza y el pesimismo del que analiza lo que habría de ser modificable en los manuales de la ética. No es fácil cambiar esa forma de ver el mundo. Pero en Tangram, hay quien le incita a ello.
Se abre el debate sobre su estilo, que no sabemos si se puede calificar de estilo, ya que también se puede interpretar como la visión del poeta sobre lo que le rodea. Al fin, no deja de ser una mirada analítica. Y él asegura que también escribe alegre. Le creemos y le sabemos...
Se apunta también, en el debate que Tangram mantiene tras las lecturas de la 1ª Sesión, que detrás de la sombra de un poema, oscuro en su tristeza, está la esperanza. Quien así discurre sobre los versos la visión que del mundo está captando, es alguien que en esa materia expresiva imprime su esperanza en la posibilidad de cambio de aquello que le acontece o que cuenta. Se apela, en este coloquio, a Carl Jung, el discípulo de Freud que vio en la sombra la búsqueda de la luz.
Desde ese paraje sombrío es desde donde mejor podemos encontrar la luz. La poesía de tristeza es, a la postre, un síntoma de esperanza.
Se define, por último, en Tangram, que hay mucha más poesía sobre la tristeza que sobre la alegría. Quizás por eso, porque el poeta necesita exorcizar la oscuridad en busca de respuestas. Más que cerrar caminos, este tipo de poemas lo que intentan es buscar otros y remover las sombras interiores. El escribir desde un cierto pesimismo es el primer paso en una búsqueda que comienza en nuestro yo más inconfesable. Interiores personales que, siempre ocultos, en la poesía afloran. Tangram resuelve que esto es positivo, aunque, por supuesto, es bueno explorar otros caminos de expresión poética.
¿El poema como terapia?
Dijo Freud que la meta de la terapia era hacer consciente lo inconsciente. Y en eso coincidimos en Tangram: en el poema la inconsciencia aflora, natural…