A mi madre, la otra…, mi madre.
Madre, ya soy tú,
como tú, visto de gafas, y las limpio
con el vaho de tu boca.
Repito tus frases, hechas mías,
Ya interioricé y he puesto a prueba tus consejos,
ya tengo tu sentido del humor y río a carcajadas en la lluvia,
ya he probado de tu cáliz y no quiero.
Más madre que hija soy y, sin embargo, busco
tu regazo cada noche,
como cuando Yo era yo
y tú eras la mujer que soy.
____________________________________________Ángeles Fernangómez
Este maravilloso poema demuestra que 'madre no hay más que una', aunque haya dos. Eres muy afortunada y estos versos un regalo de la vida.
ResponderEliminarEl poema me hace plantearme la cuestión de en dónde reside la maternidad. Conozco varios casos de "madres" que no dieron a luz a sus "hijos" pero que fueron queridas y aceptadas como madres, no por agradecimiento sino por cariño real.No se ama a quien se debe, sino a quien se quiere.
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