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jueves, 4 de noviembre de 2010

Cual rana en hoja de nenúfar


Se abre la sesión y, sobre la mesa, hojas del otoño son devoradas por los integrantes de Tangram. Están dulces las hojas, como los gajos de las manzanas cuando se desecan y se azucaran. Así comienza el grupo a debatirse y a debatir.

Y, como en un cuento, alguien se acerca y se posa a nuestro lado cual rana en hoja de nenúfar.

Nuestra rana bebe Cardhu, la más fina malta destilada. Es discreta, quizás sólo busca un beso para ser príncipe por un día. Por eso le invitamos a participar en nuestra tertulia tangrámica. Pero no. Nuestra rana no habla de poesía. Tan solo escucha.

Y escucha cómo "todos los hijos son hijos de todos" cuando la muerte ronda sobre ellos y nos los arrebata. Ommje hila con hilos de silencio y el grupo se contrae ante la humanidad de su frase. Es un comienzo rotundo para el Tangram de hoy que se rompe en luz, como ha de ser. Porque una estrella dual, Albireo, entra en juego y nos abona de amarillos y azules la conversación. Las estrellas binarias son dos estrellas mutuamente atraídas, amantes infinitas sobre sí mismas con las que conversa la poeta de Tangram. Las luces de Albireo acaban dando luz sobre la macedonia de frutas, flan y fresa que el Poeta Pijo nos trae desde una torre, la del catalán. Él encuentra la inspiración donde muchos ni se ven los pies, es su genialidad y lo exquisito de su escritura 'sin palabras poéticas'. Por si acaso alguien tuviera alguna duda, lo deja claro en una segunda lectura, dedicada a una niña traviesa.

A propósito de niñas, Tangram se enreda en el tema de la pederastia porque la poesía es así, y la literatura es más que un cuento de ranas y princesas. Por cierto, nuestra rana... se ha marchado. Tremendamente educada, se disculpa por la intromisión.  Y entonces, llegan las notas de lo interior, poemas del 'adentro' o del amor, o del sexo.  Parecen temas manidos, pero no... siempre hay algo nuevo en los giros de 360º.

Somos así, por sacar punta, se la sacamos hasta a los imanes que llegan reiterados con la intención de la ansiedad, de la súplica. ¿Seremos un grupo circular? Todos distintos, todos cerrando el círculo... las cuadraturas se las dejamos a otros... nos conformamos con cerrar la idea. Porque algo de magia hay en este Tangram del 2 de noviembre, puede que algún ánima nos ronde o que nos ronde el ánima de don Juan, que probablemente vive en el Teatro Español, frente a nuestro improvisado lugar de reunión. La potencia del imán, del deseo del don Juan nos devuelve a la extraña imantación de Albireo y sus dos cuerpos celestes condenados.

Esas hojas secas que hemos engullido con glotonería son una pócima de casualidades. Una princesa de larga cabellera rubia, que trabaja donde Tangram está haciendo círculos, de nombre Beatriz, nos asegura que escribe poesía... pero su verso de cristal no lo perderá hasta la una... y la rana... la rana, ahora, es un príncipe encantador que nos quiere invitar a Cardhu.

Estamos en noviembre, uniendo las piezas de un otoño.

3 comentarios:

  1. No sé cómo he disfrutado más: si en la misma noche del martes o ahora, con la lectura de su descripción. Es genial. Tângrâm es puro vicio de un vicio puro.

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  2. Es una maravilla poder beber y leer el jugo que exprimes de ese directo, es otra forma de participar en la distancia. Gracias.

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  3. Honor a Laura, autora del texto.
    Honor a TANGRAM por tener a Laura.
    Honor a las palabras poéticas que se desnudan de sus oropeles (palabra poética, por supuesto).
    Honor para el que resume tanto que se hace presente cuando el texto se ausenta.
    Honor a las estrellas con nombre de cabrero griego.
    Y a la rana...que le den...Cardhu.

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